Palabras de espiritualidad

Entonces, ¿qué es el arrepentimiento?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Las dos caras del arrepentimiento son la renuncia al pecado y la práctica del bien.

El venerable Pimeno dice que la contrición es la renuncia al pecado. También San Juan Crisóstomo sostiene que el arrepentimiento consiste en derretir nuestros pecados. San Basilio el Grande dice que se arrepiente solamente aquel que cumple con las palabras del salmista: Odio y desprecio la injusticia, pero amo Tu ley”. He aquí tres respuestas a esta pregunta.

No se puede arrepentir aquel que no abandona el pecado y no lo destruye. Las dos caras del arrepentimiento son, entonces, la renuncia al pecado y la práctica del bien: “Cuídate del mal y haz el bien”. Quien se aparta del pecado, únicamente alcanza el nivel de un difunto —porque los muertos ya no pueden pecar—, pero no la medida del hombre vivo. Esto se entiende mejor a partir de las palabras de San Basilio el Grande, mencionadas más arriba. Cuando exhortaba a todos al arrepentimiento, San Juan el Bautista les decía: “Dad frutos dignos de conversión”. ¿Qué significa esto? Que el arrepentimiento debe ser demostrado al otro, porque no se trata de algo secreto, sino que es algo que se manifiesta no solamente renunciando al pecado, sino también practicando las virtudes. Cuando te esfuerzas en hacer todo el bien que puedes, te hallas en el camino del arrepentimiento. Con el bien destruimos todo vestigio del mal.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil PărăianVeniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 108)