Entre el bienestar del alma y el confort del cuerpo
El ayuno dispuesto por la Iglesia representa volver a la vida del Paraíso y la renuncia a lo terrenal.
Anhelando vivir según lo que es la vida del Paraíso y huyendo del placer material de los alimentos, nos encaminamos, en la medida de lo posible, a esa otra vida, valiéndonos, para subsistir, de distintas frutas y semillas (por eso es que los monjes no consumen carne. Y es que el ayuno dispuesto por la Iglesia significa volver a la vida del Paraíso y una renuncia a lo terrenal), apartando lo que está de más y nos es innecesario. Pero no porque se trate de cosas impuras, porque Dios creó todo lo que existe, sino porque estas pueden perjudicarnos por medio del confort del cuerpo. (El bienestar del cuerpo constituye un impedimento para la mente y el alma).
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Omilii la facerea omului. Omilie despre Rai, traducere din limba greacă de Ieromonah Lavrentie Carp, Editura Doxologia, Iași, 2010, pp. 67-68)