¿Es cierto que la vida monacal es triste?
Esta ley del nacimiento con dolor se observa también en la vida espiritual.
¡Ese es uno de los pensamientos más peligrosos! El monje debe mantenerse en un estado semejante al de los dolores del parto, hasta que alcance la edad de la perfección. Mientras nuestro “yo” viejo perviva, se seguirá manifestando por medio de distintas pasiones, como la tristeza y la desesperanza… y lo que hoy es penoso para el hombre, después se convertirá en un gran consuelo, como asistir a los diferentes oficios litúrgicos. Entonces le corresponderán aquellas palabras del salmista: “Qué alegría cuando me dijeron: ¡Vamos a la casa del Señor!”. Porque esta estará llena de luz y alegría en el Señor.
Cuando la mujer da a luz, tiene que soportar dolores muy fuertes; pero, después del parto, ya no se acuerda de ese sufrimiento, porque ha traído un nuevo hombre al mundo. Esta ley del nacimiento con dolor se observa también en la vida espiritual. Tal como la mujer no sabe cómo crece el fruto de su vientre, cómo se desarrolla y cómo se comporta cada día, lo mismo ocurre en la vida espiritual del cristiano.
(Traducido de: Starețul Varsanufie de la Optina, traducere de Pr. Teoctist Caia, Editura Doxologia, Iași, 2011, p. 207)