Palabras de espiritualidad

Es imposible tener paz en el alma, si no oramos por nuestros enemigos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Cuando comiences a amar a tus enemigos, un enorme don de Dios empezará a vivir en tu interior.

Es imposible que el alma tenga paz, si no ora por sus enemigos. El alma que ha aprendido —de la Gracia de Dios— a orar, ama y se apiada de cada criatura, especialmente de sus semejantes, por quienes el Señor sufrió en la cruz, y sufre con el alma por todos nosotros.

El Señor me enseñó a amar a mis enemigos. Sin la Gracia de Dios no podemos amar a nuestros enemigos, porque el Espíritu Santo nos enseña lo que es el amor. Entonces nos apiadaremos hasta de los mismos demonios, por haber renunciado al bien y haber perdido la humildad y el amor a Dios.

Por favor, hermanos, inténtenlo. Si alguien los ofende, si alguien los desprecia o les arrebata lo que es suyo, o persigue a la Iglesia, pídanle al Señor, diciendo: “¡Señor, todos somos criaturas Tuyas. Apiádate de Tus siervos y hazlos volver a la contrición!”. Entonces sentirás que la Gracia ha entrado en tu alma.

Al comienzo, fuerza a tu alma a que ame a tus enemigos, y el Señor, viendo tu disposición, te ayudará en todo, y la misma experiencia te aconsejará. Mas el que piensa mal de sus enemigos, es que no tiene en su interior el amor de Dios y no conoce al Señor.

Si oras por tus enemigos, la paz vendrá a ti. Cuando comiences a amar a tus enemigos, un enorme don de Dios empezará a vivir en tu interior. No digo que se trate ya de un don pleno de Dios, pero es suficiente para la salvación. Si, al contrario, condenas a tus enemigos, es porque un espíritu impuro vive en ti y llena tu corazón de malos pensamientos. Recuerda lo que dijo el Señor: “Del corazón proceden los malos deseos” (Mateo 15, 19).

(Traducido de: Cuviosul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, Sibiu, 2001)