Palabras de espiritualidad

Es necesario dejar atrás el estado espiritual del mundo actual

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Cada individuo se cree un “ganador”, un “vencedor” en las cosas de la vida. Sin embargo, dicha “victoria” no es más que una ilusión, algo muy superficial.

Cierto es que la humanidad ha tomado un camino en el cual la justicia y la verdad resultan casi inaccesibles. La mayoría de personas cultiva una idea muy elevada de sí mismas, y cada individuo se cree un “ganador”, un “vencedor” en las cosas de la vida. Sin embargo, dicha “victoria” no es más que una ilusión, algo muy superficial.

Hace casi dos mil quinientos años, el profeta Isaías lanzó esta advertencia: “¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien!” (Isaías 5, 20). Nos creemos sabios, pero carecemos de la inteligencia más elemental. Es triste y digno de compasión que haya tantas personas viviendo de esa manera. Solamente una renovación de la fe y desenmascaramiento de sus enemigos podría equilibrar y armonizar nuevamente a la humanidad, sin lugar a dudas. En toda la historia de la humanidad no es posible encontrar una sola corriente filosófica que haya consolado a la humanidad, armonizándola, eliminando el mal que hy en ella, e induciendo a los hombres al entendimiento y el amor. Al contrario, todas las corrientes filosóficas han provocado, finalmente, en mayor o menor medida, verdaderos desastres humanos.

Cuando hablemos del “teólogo”, no necesariamente tenemos evocar la idea de uno que se dedica a a diversos estudios teológicos en el instituto, el seminario o la facultad. Sí, también quienes se forman en esos lugares son “teólogos”, pero no solo ellos. El “teólogo” por excelencia es el “santo”. Cualquier hombre puede llegar a ser un teólogo, si ora sin cesar y medita todo el tiempo sobre Dios.

(Traducido de: Protosinghelul Ioachim PârvulescuCele trei mari mistere vizibile și incontestabile din Biserica Ortodoxă, Editura Amacona, 1997, pp. 88-89)