¿Es posible encontrarme con Dios?
Existe esa costumbre de pronunciarnos fácilmente sobre algunas realidades que, de hecho, desconocemos. Lo mismo pasa con Dios: hablamos continuamente de Él, nos declaramos servidores Suyos, algunas veces hasta intentamos definirlo. Conocer a Dios consiste en encontrarte con Él; pero para que esto suceda, antes debes encontrarte contigo mismo... y esto puede resultarte desalentador.
Nos encontramos con Dios entonces cuando Él mismo nos busca. El Señor dijo, “Llamen y se les abrirá” (Mateo 7, 7). Algunas veces llamaremos largamente, porque Cristo sabe que no estamos aún preparados para ese encuentro, porque no estamos listos para ver frente a frente al Dios Vivo. Y es que encontrarte con Dios significa venir al juicio. Es lo mismo que encontrate con una belleza incondicional, una verdad incondicional, una justicia incondicional.
Y frente a esta belleza, esta justicia y esta verdad, frente a esta santidad divina, nos quedamos sin réplica. Por eso, Dios espera hasta que lleguemos a nuestra maduración, cuando seamos capaces de pronunciar el juicio sobre nosotros y cuando podamos recibir Su juicio incondicional, justo, imparcial, en el cual habremos de ver no una condena, sino un llamado que Dios nos hace para crecer y hacernos dignos de ser hombres en todo el sentido de la palabra.
(Traducido de: Mitropolit Antonie de Suroj, Despre întâlnirea cu Dumnezeu, traducere de Mihai Costiș, Editura Cathisma, București, 2007, pp. 17-18)
