Padre, cuando yo era estudiante, podía medir mis progresos por medio de mis notas de cada mes. Aquí, en la vida espiritual, aún no sé en dónde me encuentro...

—También aquí puedes medir tus avances, de acuerdo a tus pensamientos. Si te vienen sólo pensamientos malos y los apartas, y otra vez vienen y los vuelves a apartar, es que has llegado al grado (clase) de la contrición, y perseveras en él. Si algunas veces te vienen pensamientos malos y los apartas, y otras veces sólo pensamientos buenos, tú mismo puedes irte calificando: un “0” por cada pensamiento malo, y un “10” por cada bueno. Si, por ejemplo, observas que los pensamientos malos empiezan a mermar y van quedando solamente buenos, verás también que aquellos “0” empiezan a ser los menos y tus “10” aumentan, al igual que tu nota general. Y, cuando dejen de venir pensamientos malos y aparezcan solamente buenos, es que has hecho una limpieza completa y tu corazón se ha purificado, transformándose en el pesebre de Belén.

(Traducido de: Sfântul Cuvios Paisie Aghioritul, Epistole, Editura Evanghelismos, p. 164)