¿Cómo pasar un día sin pecar, es decir, en santidad? Es una pregunta difícil. ¿Cómo cambiar nuestro ser, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos e incluso nuestras actitudes, con tal de no pecar más en contra de nuestro Padre Celestial, en contra de Cristo, del Espíritu Santo, de los demás, de nuestro hermano y de todo ser vivo?

"Haznos merecedores, Señor, de pasar este día libres de pecado”. Muchas veces les he recordado esta oración de la Iglesia. La vida sin pecado en este mundo nos abre las puertas de los Cielos. No es la riqueza de nuestra mente lo que salvará nuestra alma, sino que la vida sin pecado nos prepara para vivir con Dios en la vida futura. La Gracia del Espíritu Santo nos enseña las verdades eternas mientras vivimos de acuerdo a estos mandamientos: ¡ama a Dios con todo tu ser y a tu prójimo como a ti mismo! ¡Sí, cumplamos siempre con estos mandatos!

Perseveren en la oración, en el esfuerzo: pasen un día sin pecar. Todo lo demás vendrá de parte de Dios.

(Traducido de: Arhimandrit Sofronie Saharov, Din viaţă şi din Duh - aforisme duhovniceşti)