Esposo y esposa, en una relación de obediencia mutua
Si los esposos no se obedecen recíprocamente, no podrán convivir. No hay otro camino.
¿Se puede hablar de obediencia del esposo a la esposa, y viceversa, en el contexto de la vida en familia?
—La obediencia es ley entre los esposos; si no se obedecen recíprocamente, no podrán convivir. No hay otro camino.
Es decir que deben aconsejarse constamente sobre cómo proceder en los distintos asutos que atañen a la familia. En esto consiste la obediencia mutua. Para que haya paz, primero hay que aconsejarse; sólo así se puede evitar que surjan malentendidos.
Por eso es que tienen que consultarse, por ejemplo: “¿Qué hacemos en esta situación y en aquella otra?”. Es necesario hablar de esas cosas y luego tomar una decisión, estando de acuerdo los dos, para que la Gracia del Espíritu Santo venga sobre lo que se proponen hacer.
Por eso, si dices: “¿Ese es tu punto de vista? ¡Estás mal de la cabeza! ¡Haré lo que me parece mejor!”, es que no has resuelto nada. Ya que con tu esposa son un solo cuerpo, debes respetarla sin cortapisas. No importa si ella tiene una formación distinta a la tuya; respétala siempre, porque ambos conforman un solo ser. Insisto, deben aconsejarse en todo, y en ningún caso decir: “¡O hacemos lo que yo digo, o te arrojo esto a la cabeza!”.
(Traducido de: Ne vorbesc părinții athoniți..., părintele Dionisie de la Colciu, Editura Bunavestire, 2003, p. 44)