Palabras de espiritualidad

¡Esposos, dejen de herirse espiritualmente!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Cuando aparezca la ira, que uno de ustedes se vaya a otra habitación, para que se disipe el enojo. No busquen motivos para discutir, porque lo único que conseguirán es alegrar al diablo.

Padre, siento que cierta persona no me soporta. Es más, creo que me odia.

— Debes saber que el odio es más fuerte que cualquier “conjuro”. Y es que una de las armas del demonio es el odio: viene y lo siembra entre esposos, y estos dejan de hablarse; es como si hubiera un muro entre ellos. El Señor dice: “que el ocaso no los encuentre enfadados”. Luego, mejor hagan algunas postraciones para que se les pase el enojo. El Señor dice: “vivan en el amor”, por eso el maligno entremete el odio, con tal de destruir aquella disposición de Dios.

Es bueno que cuando uno se equivoque, el otro diga: “Señor, no le tomes en cuenta este pecado”. Oren el uno por el otro. Recuerden que se dice que el esposo no creyente es santificado mediante su esposa, y la esposa no creyente es santificada mediante su marido cristiano. Cuando aparezca la ira, que uno de ustedes se vaya a otra habitación, para que se disipe el enojo. No busquen motivos para discutir, porque lo único que conseguirán es alegrar al diablo. Dejen de herirse espiritualmente. El maligno lucha para destruir las fortalezas más grandes; no dejen que los venza. Recuerden que ustedes tienen las armas suficientes para enfrentarlo: el ayuno, la oración, la caridad.

(Traducido de: Părintele Argatu V. Ioan, Răspunsuri duhovniceşti la întrebările credincioşilor ale Părintelui Ilarion Argatu, Editura Mila Creştină, 2005, p. 255)

 

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