Esta es la oración que más agrada a nuestro Dios
La oración verdadera tiene sus propias condiciones: debe ser presentada ante Dios con los pensamientos y el corazón puros, con una encendida perseverancia, con una poderosa atención, con una devoción llena de sobrecogimiento y la más profunda humildad.
La oración es la primera obligación que el cristiano debe cumplir. “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el cielo” (Eclesiastés 3, 1). ¿Cómo, entonces, podría no haber tiempo para la oración, siendo lo principal que hay bajo el cielo?
La oración verdadera tiene sus propias condiciones: debe ser presentada ante Dios con los pensamientos y el corazón puros, con una encendida perseverancia, con una poderosa atención, con una devoción llena de sobrecogimiento y la más profunda humildad.
La oración verdadera consiste en sentirte contento y abrir tu alma para estar cerca de Dios. Todas las oraciones son buenas, como las paráclesis y los acatistos. Pero ¿saben cuál es la oración más agradable a Dios? Cuando presentas como plegaria todo tu ser, toda tu vida.
(Traducido de: Ieromonahul Arsenie Boca, Vreau să schimb lacrimile voastre în bucurie, Editura Agaton, Făgăraș, 2014, p. 206)