Palabras de espiritualidad

Esta es la única forma de tristeza que tenemos permitida

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Que de tu boca no salga juramento, ni ofensa, ni murmuraciones, porque ella queda santificada al entonar cánticos de alabanza al Señor.

No guardes rencor en tu corazón en contra de nadie, de lo contrario, tu oración no se elevará pura hacia Dios. “Que vuestro enfado cese antes de que se ponga el sol” (Efesios 4, 26). Más bien sé manso, indulgente y sencillo de corazón como un niño, porque el Señor dice: “Os aseguro que, si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios” (Mateo 18, 3).

No te entristezcas si sufres alguna aflicción por causa de las debiliddes o las difamaciones de los demás: “la tristeza producida por el mundo engendra la muerte” (II Corintios 7, 10). Solamente por tus propios pecados debes entristecerte, y no por cualquier cosa más, porque todo lo demás es igual a nada. No alces la voz cuando estés enfadado con alguien, porque “el que sirve al Señor no debe tomar parte en querellas” (II Timoteo 2, 24). Que de tu boca no salga juramento, ni ofensa, ni murmuraciones, porque ella queda santificada al entonar cánticos de alabanza al Señor.

(Traducido de: Patericul Lavrei Sfântului Sava, Editura Egumenița, 2010, pp. 133-134)