Palabras de espiritualidad

¿Estamos dispuestos a volver a la sencillez de antes?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Dios no obliga a nadie a salvarse, no le quita a nadie un ápice de su libertad.

Dios le concedió al hombre un gran don divino: la libertad de elegir. Dios no obliga a nadie a salvarse, no le quita a nadie un ápice de su libertad. Por esta razón, valiéndonos de nuestra libertad para elegir las pasiones, apartamos la Gracia de Dios de nosotros, sobre todo porque caemos en el egoísmo y el orgullo.

Desde mi punto de vista, la humanidad ha cambiado. Antes era difícil vivir, había que bregar mucho, había que hacer frente a las necesidades y la pobreza, pero también el regocijo espiritual era otro, era grande; había sencillez, una suerte de “candidez santa”. Hoy en día, todo es más fácil, más cómodo, pero como no sabemos utilizar las cosas según lo que espera Dios de nosotros, esas mismas cosas nos terminan alejando de Él. Hay mucha agitación espiritual y falta aquella alegría tan simple de antaño. Yo así es como veo las cosas, siento que la humanidad se ha degradado.

“Perecieron cuando indagaban y escudriñaban”Es decir, desaparece toda fe, toda simplicidad, cuando te pones a escudriñar cada cosa y los motivos de todo. Nuestra única salvación es volver a la simplicidad original, a la candidez de antes, para no seguir inquieriendo sobre las razones de todo y no terminar perdiendo la fe.

(Traducido de: Starețul Dionisie – Duhovnicul de la Sfântul Munte Athos, Editura Prodromos, 2009, pp. 282-283)

Leer otros artículos sobre el tema: