Estar atentos a nosotros mismos
“A quien odia a sus semejantes, el Evangelio lo pone al mismo nivel que los asesinos. ¡Que el Señor nos libre de semejante castigo!”.
Madre Domnica Dumitrescu, del Monasterio Nămăeşti, Muscel (1858-1938)
La madre Domnica Dumitrescu es recordada por sus discípulas como una digna stáretsa (abadesa) del Monasterio Nămăeşti. Era originaria de Târgovişte y desde niña entró a formar parte de la comunidad monástica de aquel cenobio.
Durante treinta años fue discípula de la anciana abadesa, Glafira Antoniu, demostrando una gran mansedumbre y fervor por la obediencia. En 1907, cuando la madre Glafira descansó en el Señor, la madre Domnica fue elegida para sustituirle en la dirección del monasterio. Fueron más de treinta años los que la madre Domnica condujo el Monasterio Nămăeşti, dedicada día y noche al bien de la comunidad y a la salvación de cada una de sus hijas espirituales. La madre Domnica también trabajó denodadamente en la reconstrucción de la iglesia y las celdas que fueron destruidas durante la Primera Guerra Mundial. Después, reunió un grupo cada vez más grande de monjitas, a las que crió y formó en el temor de Dios. En 1938, la stáretsa Domnica murió en paz, a la venerable edad de ochenta años.
Si alguna de las monjas enfrentaba alguna tentación, la madre le decía:
—Si pecas, condénate a ti misma y no a otra persona, hermana. Solo así podrás conservar la paz.
Otras veces, decía:
—Con el pecado ser aleja la Gracia de Dios. En lo que respecta a las bromas, aunque no alejan la Gracia, no te permiten crecer espiritualmente.
Si surgía algún malentendido entre dos o más monjas, la abadesa las llamaba por separado y las aconsejaba así:
—Por favor, madre, esmérate, con todas las fuerzas de tu alma, en sentirte culpable en tu corazón, para no engendrar odio hacia nadie, jamás. Porque, a quien odia a sus semejantes, el Evangelio lo pone al mismo nivel que los asesinos. ¡Que el Señor nos libre de semejante castigo!
(Traducido de: Arhimandritul Ioanichie Bălan, Patericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 533)