Estar con el Señor y cosechar con Él
No recogerá con el Señor quien no comparta con los demás lo que tiene, ni quien malgaste sus bienes viviendo en opulencia o dando a los otros para que lo encomien, dejando el resto para sus herederos.
“El que no está conmigo, está contra Mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. Pero ¿quién está con el Señor? Aquel que vive y actúa en Su espíritu; aquel que no se permite ni pensamientos, ni sentimientos, ni deseos, ni decisiones, ni palabras, ni hechos que puedan resultar desagradables al Señor y contrarios a Sus incontestables mandamientos y determinaciones.
Quien viva y actúe de forma diferente, es que no está con el Señor; en consecuencia, no recogerá, sino que desparramará. Pero ¿qué desparramará? No solamente sus propias fuerzas y su tiempo, sino también lo que obtenga en su paso por esta vida. Por ejemplo, no recogerá con el Señor quien no comparta con los demás lo que tiene, ni quien malgaste sus bienes viviendo en opulencia o dando a los otros para que lo encomien, dejando el resto para sus herederos. Al llegar a la eternidad, se presentará allí con las manos vacías y será el más pobre de entre los pobres. Por el contrario, recoge con el Señor aquel que, por medio de las manos de los pobres y necesitados, envía al Cielo lo que ha ganado.
Lo mismo se puede decir sobre la adquisición del conocimiento. En este punto, el despilfarro se hace aún más evidente, porque aquel que no medita en el Señor, acumula verdaderas montañas de conocimientos, que, a la postre, no son sino inútiles nimiedades con apariencia de verdad, pero lejos de esta.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, pp. 110-111)