Palabras de espiritualidad

¡Estemos atentos a la astucia del maligno!

    • Foto: Adrian Sarbu

      Foto: Adrian Sarbu

No olvidemos cuál es su principal táctica, conocida por Thomas Mann y Dostoievski, y por todos aquellos que lo han estudiado de cerca: hacerse como que no existe.

«Penitenciaría) Gherla, celda 87 (después de una charla con el padre I.P.)

En determinadas circunstancias es entendible que alguien no crea en Dios No todos tienen el suficiente juicio para concebirlo, o la suficiente alma para conocer Su amor. ¡No creer en el demonio, eso sí que es otra cosa! ¡Es algo completamente incomprensible!

En lo que respecta al maligno, gracias a Dios, tenemos suficiente material aperceptivo para poderlo sentir todo el tiempo a nuestro alrededor, siempre acechándonos, rodeándonos, susurrando —waiting, como Mr. Micawber for something to turn up, viendo qué atrapa—, siempre a nuestra disposición, aprovechando cualquier ocasión, preparado para cuando lo llamemos, como un atento mesero, o como un perseverante mendigo, contentándose con lo que le demos. No olvidemos cuál es su principal táctica, conocida por Thomas Mann y Dostoievski, y por todos aquellos que lo han estudiado de cerca: hacerse como que no existe. Cuando Lutero arrojaba el tintero, ciertamente hacía lo más normal, lo más juicioso de su vida».

(Traducido de: Nicolae SteinhardtJurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, pp. 379-380)