Palabras de espiritualidad

Esto es la oración

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

“¡Hágase Tu voluntad, Señor! Si consideras que está bien ayudarme, ¡gloria a Ti! Y si no, ¡gloria a Ti!”.

Agradécele a Dios, en primer lugar, por el hecho de que, en Su infinita misericordia, te permite a ti, quien no eres nada, abrir tu boca y hablarle con tu oración. Y es que ese llamado que le haces con tus plegarias es la condición esencial para recibir Su piedad, aunque Dios sabe desde antes qué es lo que necesita cada quien.

La oración es abrir los labios para recibir las bondades del Señor; eso sí, las bondades que Él quiera darnos, no necesariamente las que anhelamos nosotros. Por esta razón, no todas nuestras peticiones son respondidas.

No pidas: “¡Dame esto, ahora, Señor!”. Dile: “¡Hágase Tu voluntad, Señor! Si consideras que está bien ayudarme, ¡gloria a Ti! Y si no, ¡gloria a Ti!”. Ofrécele solamente tu paciencia.

Que tu oración sea un alzar las manos para recibir los dones que Dios considere oportuno concederte, cuando Él crea que puedes recibirlos.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Viața lăuntrică, Editura Sophia, în col. Părinți ruși, p. 152-153)