Palabras de espiritualidad

Explicando las oraciones breves

  • Foto: Ioana Stoian

    Foto: Ioana Stoian

Translation and adaptation:

Si te acostumbras a una sola oración y a su contenido entero, te será más fácil repetirla constantemente.

Padre, quisiera que nos dijera si la “Oración de Jesús” puede ser reemplazada con otras oraciones cortas, por ejemplo, “¡Santísima Madre de Dios, ten piedad de nosotros!”, o “¡Señor, ayúdame en mi falta de fe!”.

—Sí, puede ser sustituida con esas oraciones o con un “Señor, como hombre, he pecado. ¡Tú, como Dios, perdóname!”, como aparece en el Paterikón. Sin embargo, hay que reconocer que la más usual y sencilla es esta: “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”. Esta es la oración del principiante. Después podemos avanzar, por ejemplo, a alguno de los versos de la Divina Liturgia o a las oraciones del Apocalipsis, que son como cánticos de exaltación: “¡Qué santo eres, Dios nuestro, por eso te glorificamos!”, “¡Qué bueno y qué amoroso eres, Señor, por eso te glorificamos!”, “¡Que el Nombre del Señor sea bendito hoy y siempre!” o “¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!”. ¡Hay una gran cantidad de alabanzas semejantes! No necesariamente debemos aferrarnos a una sola oración, porque esta es la única que habrá de llevarnos a la salvación. No obstante, si te acostumbras a una sola oración y a su contenido entero, te será más fácil repetirla constantemente.

(Traducido de: Părintele Teofil Părăian, Rugăciunea, pelerinaj către cer, Editura Doxologia, p. 46-47)