Palabras de espiritualidad

Fuera de los créditos bancarios, ¿qué hacemos con la deuda que tenemos con nuestra propia alma?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Nuestros pecados son como deudas frente a Dios. Ser pecadores, entonces, nos hace deudores, si recordamos lo que dice el “¨Padre Nuestro”: “Y perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mateo 6, 12).

Cuando uno pide prestado dinero o cualquier otra cosa, pasa a ser deudor. Así es como se denomina esto en las cosas del mundo. Mientras más nos prestan, más crece nuestra deuda con el acreedor que nos da lo que le pedimos. Lo mismo pasa con el hombre, cuando vulnera los mandamientos de Dios y peca contra Él. Mientras más mandamientos infringe, pecando frente a su Creador, más grande es el peso de su deuda con Él. En palabras simples, nuestros pecados son como deudas frente a Dios. Ser pecadores, entonces, nos hace deudores, si recordamos lo que dice el “Padre Nuestro”: “Y perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mateo 6, 12).

(Traducido de: Sfântul Tihon din ZadonskComoară duhovnicească, din lume adunată, Editura Egumenița, Galați, 2008, p. 109)

Leer otros artículos sobre el tema: