Guías para motivarnos a trabajar en nuestra salvación
Tal como es imposible vivir sin alimentarnos, tampoco es posible mostrarnos indolentes si lo que queremos es alcanzar la salvación.
Tal como los ladrones evitan entrar a una casa custodiada por guardianes armados, también los malhechores espirituales, los demonios, evitan acercarse al alma que ora.
Del mismo modo en que es imposible que el fuego produzca nieve, tampoco es posible que regocijarse en la efímera gloria del mundo tenga como fruto el gozo de la eternidad.
Tal como una pequeña chispa puede llegar a incendiar un bosque entero, también una acción virtuosa de nuestra parte puede cubrir un sinnúmero de pecados.
Tal como no es posible matar una fiera sin utilizar un arma, es imposible vencer la ira sin hacernos humildes.
Tal como es imposible vivir sin alimentarnos, tampoco es posible mostrarnos indolentes si lo que queremos es alcanzar la salvación.
Tal como un rayo de sol, infiltrándose por una pequeña grieta en la pared, ilumina toda la estancia, de un modo tal en que es posible ver hasta el polvo más fino que flota en el aire, también el temor de Dios, al entrar en el corazón, nos muestra todos y cada uno de nuestros pecados.
Tal como los cangrejos no huyen del peligro, sino que se les puede atrapar con facilidad, porque caminan erráticamente hacia atrás o hacia adelante, aquellos que unas veces se dejan llevar por el pecado y otras veces se lamentan, no tienen cómo crecer espiritualmente.
(Traducido de: Glasul Sfinţilor Părinţi, traducere de Părintele Victor Mihalache, Editura Egumeniţa, 2008, pp. 128-129)