¡Háblale a Dios de tus hijos y sus problemas!
¡En vez de reprender a tu hijo, háblale a Dios en nombre suyo!
San Porfirio creía en el valor de la oración para la vida espiritual, aconsejando a sus hijos espirituales a orar sin cesar:
“—Ora con simplicidad y humildad, con una fe sencilla, sin esperar que Dios te responda, sin ver Su mano, Su rostro o Su luz. ¡Simplemente, cree! ¡Cree que en verdad estás hablando con Dios! Cuando quieras decirle algo a tus hijos, acude a la Madre del Señor; ¡díselo primero a ella, y sabrá lo que debe hacer!”.
Una noche fui a visitar al padre Porfirio con un amigo mío, originario de Chipre. En esos días se preparaba el rodaje de una película sobre la Parábola del Hijo Pródigo, financiada precisamente por mi amigo. Cuando ya todo estaba listo, acudimos al anciano para pedirle su bendición. Entonces el padre Porfirio comenzó a hablarnos de aquel misericordioso padre, y de cómo debería ser éste en nuestra sociedad moderna.
“—Cuando veas que el maligno tienta a tu hijo, en vez de enfadarte con este último, mejor háblale a Dios de él. ¡En vez de reprender a tu hijo, háblale a Dios en nombre suyo!”.
(Traducido de: Sfântul Părinte Porfirie, Antologie de sfaturi şi îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău, pp. 303-304)