Palabras de espiritualidad

Haciendo “depósitos” en los Cielos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Todavía no han entendido su propio interés espiritual y lo quieren todo ya desde aquí, sin dejar nada para el Cielo.

—Padre, me entristece cuando alguien no tiene una buena opinión sobre mí...

—¡Has hecho bien en decírmelo! A partir de hoy oraré para que los demás no piensen bien de tí, porque te será de mucho provecho, mi buen hijo. Dios dispone que los demás no sean justos con nosotros, para que así se borre alguno de nuestros pecados o para hacer algún “depósito” para nuestra vida futura. No entiendo, sin embargo, ¿cómo quieren entonces ustedes tener una buena vida espiritual? Se ve que aún no han entendido su propio interés espiritual, porque todo lo quieren ya, aquí. No dejan nada para el Cielo. Y tú, ¿cómo puedes pensar así? ¿Qué lees? ¿Has leído a Pablo Evergetinos? ¿Acaso no se te dice allí qué debes hacer? ¿Lees el Evangelio? Léelo cada día..

—Padre, cuando hago el bien, me molesta que los demás no lo aprecien.

—Bueno, ¿pero qué es lo que quieres, el aprecio de Cristo o el de los demás? ¿No te es más útil el de Cristo? ¿Para que te sirve que los demás te noten? Si en este mundo la gente aprecia el bien que haces, en la vida futura escucharás cómo se te dice, “Ya recibiste la parte buena que te correspondía”.

Debemos alegrarnos cuando los demás no aprecian nuestro esfuerzo y no nos lo recompensan, porque tales afanes los toma en cuenta Dios y nos dará una recompensa eterna por ellos. Entonces, sabiendo que existe esa compensación divina, comencemos a depositar, así sea moneda a moneda, en nuestra cuenta de ahorros con Dios.

Recibamos la injusticia como si fuera una gran bendición, porque a través de ella obtenemos el favor celestial.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovniceşti, Vol. III, Nevoință duhovnicească, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 127)



 

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