Hay alguien que recuerda nuestras buenas acciones
Después de esto, el alma entenderá a dónde debe ir: a la diestra o a la izquierda; al paraíso de la felicidad o al infierno de los tormentos.
Las buenas acciones que realizamos durante nuestra vida son cosas que vamos dejando en el olvido. Por eso, al morir, nuestro ángel guardián acompaña a nuestra alma durante un día, por los lugares en donde hizo el bien.
El ángel lleva al alma a los sitios en donde vivió y por donde pasó, y le muestra las cosas buenas que hizo. Y el alma del hombre se asombra. Son cosas que había olvidado por completo, pero el ángel viene y se las recuerda.
Después de esto, el alma entenderá a dónde debe ir: a la diestra o a la izquierda; al paraíso de la felicidad o al infierno de los tormentos. Y esto lo hace la voz de Dios que hay en nosotros, es decir, nuestra conciencia.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Să nu-L răstignim iarăși pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 108)