Hay una felicidad que supera infinitamente a cualquier contento de este mundo
“El estado de regocijo espiritual es una oración permanente. Esto significa pertenecer más al cielo que a la tierra. Porque sin importar cuál seal el motivo de la tristeza del cristiano, esta siempre proviene del demonio”.
“El estado de regocijo espiritual es una oración permanente. Esto significa pertenecer más al cielo que a la tierra. Porque sin importar cuál seal el motivo de la tristeza del cristiano, esta siempre proviene del demonio”, nos dice el archimandrita Arsenio Papacioc. Somos seres redimidos por Dios, lo tenemos a Él en nuestro corazón, tenemos el poder de purificarnos de nuestras faltas, de santificarnos, de deificarnos, de hacernos hijos de Dios por la Gracia, y de heredar la felicidad eterna. La alegría cristiana es sobrenatural, está más allá del simple contento de este mundo. La alegría del cristiano es algo que va más allá de su condición de humano, es un don divino, es una felicidad eterna, es un gozo extraordinario. El cristiano ortodoxo participa también de las alegrías inofensivas de este mundo, pero cumpliendo los mandamientos divinos es bendecido con la Gracia Divina, con la inefable felicidad que solamente Dios puede darnos.
Las alegrías de este mundo, que también son dignas de ser recibidas, para un hombre que tiene fe en Dios, son bendiciones del don de Dios, incluso de esta manera.
El júbilo del cristiano supera ampliamente la alegría terrenal. Quien tenga fe en Dios, seguramente tendrá también el gozo de la fe, mismo que jamás será conocido por aquel que no crea en Dios.
(Traducido de: Părintele Ioan de la Rarău, Bucurați-vă pururea întru Domnul, Editura Panaghia, Suceava, p. 27)