La alegría del hombre que lleva a Dios en su interior
Si alguien quiere saber cómo es el Paraíso y qué se hace allí, tiene que pensar en la Divina Liturgia, especialmente en lo que sucede en la Semana Luminosa (posterior a la Pascua).
Allí donde está el hombre que lleva a Dios en su alma, allí donde está el hombre portador de Dios, allí está el cielo, allí hay alegría, hay paz, hay bendición, hay perdón de los pecados, allí moran los dones de la Resurrección.
En el Paraíso todo será como en la Pascua, porque la Pascua es júbilo. En el Paraíso de la eternidad, que está más allá de este mundo, lo que hay es algo semejante a lo que experimentamos en la Pascua redentora, la Pascua purificadora, la Pascua eterna, la Pascua que nos libra de toda tristeza. Es algo que vivimos en la Pascua del Señor.
Si alguien quiere saber cómo es el Paraíso y qué se hace allí, tiene que pensar en la Divina Liturgia, especialmente en lo que sucede en la Semana Luminosa (posterior a la Pascua).
Nosotros creemos que, en la eternidad, el Paraíso que está más allá de este mundo será semejante al paraíso del año eclesiástico, una fuente de alegría, estrechamente relacionada con la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 119)