La autoridad de la Palabra que proviene de la Verdad
Solo Él pudo decir lo que ningún otro mortal se atrevió jamás a pronunciar: “El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán” (Mateo 24, 35).
Una fe temerosa es una fe sin valor. La palabra pronunciada con miedo es un sonido vacío. Cristo habló como quien tiene autoridad, no en susurros como los fariseos y los pecadores. Las palabras de Cristo son como velas encendidas en la oscuridad de este mundo. Las palabras de todos los filósofos ya se han apagado o se apagarán. Hasta una brisa insignificante podría extinguirlas. Pero ni en la tierra ni en el cosmos hay tormenta alguna que sea capaz de apagar la luz de Cristo. Por eso, solo Él pudo decir lo que ningún otro mortal se atrevió jamás a pronunciar: “El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán” (Mateo 24, 35).
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Prin fereastra temniţei, Editura Predania, p. 35)
