Palabras de espiritualidad

La autosuficiencia y sus trampas para el alma

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Una mente humilde es la única arma capaz de rechazar todos esos ataques... pero se trata de un recurso difícil de alcanzar.

Hay algo que debes entender: la vida cristiana es una lucha espiritual que debemos afrontar hasta morir. El astuto enemigo nos tiende ingeniosas trampas y nos arroja cientos de flechas, letales para el alma.

A muchos los engaña con los atractivos del mundo y el amor a lo material; además, con el orgullo por causa de la riqueza y la ostentación, los deseos del cuerpo y los placeres.

Sin embargo, en el corazón del hombre que no considera tentador nada de esto, el demonio siembra otras formas de orgullo, más “elevadas”. ¿Cuáles? La vanidad, la autojustificación y la autosuficiencia, que son casi imposibles de concientizar. Y, luego de oscurecernos la mente, envolviéndola en la niebla de ese discreto orgullo, nos lleva, cual ciegos esclavos, lejos de Dios. ¡Y nosotros no nos damos cuenta de ello!

Tampoco olvides esto: para el pecador común, no es difícil llegar a odiar su propia suciedad espiritual, renunciar a ella y comenzar a seguir el camino de Cristo. No obstante, para el pecador lleno de autosuficiencia, resulta muy difícil dejar que entre al menos un rayo de amor santo a través de la túnica de piel de su propio fariseísmo.

Una mente humilde es la única arma capaz de rechazar todos esos ataques... pero se trata de un recurso difícil de alcanzar. Por otra parte, su utilización es muchas veces malinterpretada, especialmente por aquellos que tienen una forma de vida dedicada a lo exterior, es decir, al mundo.

(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Poveţe duhovniceşti, Editura Egumeniţa, p. 102-103)