La blasfemia en contra del Espíritu Santo
Pídele a Dios que te libre a ti —y también a los tuyos— de este pecado imperdondable, que representa una absurda y necia rebelión de la criatura en contra de su Creador.
«Leíste en el Evangelio estas palabras de Cristo: todo pecado y toda blasfemia se les perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada a nadie, ni en esta vida, ni en la eternidad. Y me preguntas: ¿qué es blasfemar contra el Espíritu Santo? Es la blasfemia en contra de la verdad y la vida que provienen de Dios-Espíritu Santo. El descreído, que odia y reprime la verdad de Dios, blasfema en contra del Espíritu. También el suicida, que odia y mata la vida que hay en él, blasfema en contra del Espíritu Santo. Esto, debido a que el Espíritu también es llamado “Espíritu de la Verdad” y “Vivificador”. En el Evangelio según San Juan encontramos que nuestro Señor Jesucristo llamó tres veces “Espíritu de la Verdad” al Espíritu Santo (14, 26; 15, 26; 16, 13). Entonces, quien se oponga y ofenda al Espíritu Santo, estará insultando a Dios, Quien es espíritu y verdad.
“¿Por qué no puede ser perdonado este pecado?”, me preguntas, “si cualquier otro pecado es perdonado”. Veamos: a Zaqueo se le perdonó su codicia, a la mujer adúltera se le perdonó el desenfreno, al ladrón crucificado se le perdonaron sus fechorías, y a muchos otros más se les ha perdonado mucho. Es cierto. Entonces, ¿por qué las ofensas, la falta de fe y las blasfemias contra el Espíritu Santo no pueden ser perdonadas? Porque en los ejemplos mencionados había vergüenza y arrepentimiento, en tanto que en los otros no lo hay. Los primeros, a pesar de haber pecado, rehicieron su vínculo con Dios por medio de la contrición y el remordimiento, en tanto que los otros rompen todo lazo con Dios, alejándose de Él por completo. Los primeros eran débiles, los segundos, insolentes. El alma de los primeros atravesó la oscuridad, pero anhelando llegar a la luz. En los otros, el alma viaja por la oscuridad, llamándola “luz”. Si el hombre no tiene ningún deseo de salvarse, Dios no lo hará a la fuerza.
Otra forma de blasfemia en contra del Espíritu Santo es el odio a la propia vida y el suicidio. Como dijimos antes, al Espíritu Santo se le llama “Vivificador” y “Dador de vida”. Cuando el hombre recibe la vida de Aquel que la da, pero, por ignorancia, no es agradecido con Dios, se le puede perdonar. Incluso cuando alguien recibe la vida —por parte del Espíritu de Vida—, y sabe de dónde viene este don inefable, pero aún así no es agradecido, se le puede perdonar. Pero cuando alguien recibe la vida de parte del Espíritu Vivificador y la rechaza con desprecio, no será perdonado ni en esta vida ni en la futura.
Para poder discernir esto, necesitamos entender primero qué significa “perdonar”. Perdonar al pecador significa devolverle la vida plena, hacerlo volver a la vida. Sin embargo, cuando la persona no desea la vida, e incluso la odia y la desprecia, Dios no tiene nada más para darle. Por eso es que es borrada del Libro de los vivos.
Pídele a Dios que te libre a ti —y también a los tuyos— de este pecado imperdondable, que representa una absurda y necia rebelión de la criatura en contra de su Creador».
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi: scrisori misionare, Editura Sophia, 2002, p. 39)