La calidad de nuestros pensamientos y nuestra forma de vida
Las personas juzgan las cosas según su contenido. Si no tienen un contenido espiritual, sacan conclusiones erróneas y terminan siendo injustas con su prójimo.
La calidad de los pensamientos de una persona revela su estado espiritual. Las personas juzgan las cosas según su contenido. Si no tienen un contenido espiritual, sacan conclusiones erróneas y terminan siendo injustas con su prójimo. Por ejemplo, si alguien que practica la caridad por la noche para no ser visto por los demás, ve a alguien caminando por la calle cuando ya es muy tarde, nunca pensará mal de él. En cambio, si quien lo ve es alguien que sale de noche para pecar, dirá: “¿Qué clase de hombre puede ser este? ¡Quién sabe para qué sale de noche!”, porque él mismo tiene ese tipo de experiencias.
O si alguien escucha que el vecino de arriba hace ruido toda la noche, si tiene buenos pensamientos, dirá: “Seguramente está haciendo postraciones”, mientras que otro con malos pensamientos dirá: “¡Ha de tener invitados para sus juegos de azar!”. O si escucha música que proviene del apartamento de arriba, un hombre virtuoso pensará: “¡Qué melodía tan bella!”, en tanto que uno lleno de pecados dirá: “¿Qué clase de música escucha este hombre?”.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Nevoință duhovnicească, volumul III, Editura Evanghelismos, p. 33)