La constante acción de la oración
La oración del justo es, por definición, activa; es un manantial dinámico, siempre en movimiento, que viene de alguna parte y te alimenta.
El Santo Apóstol Santiago, en su carta, habla de aquellos que tienen que llamar a los sacerdotes para que oren por los enfermos. Dice Santiago: “La oración del justo tiene un gran poder”. Esto podría completarse así: “La oración activa del justo tiene un gran poder”, en donde la expresión “activa” tiene función de aposición, es decir que define o redefine lo que se dijo antes.
La oración del justo es, por definición, activa; es un manantial dinámico, siempre en movimiento, que viene de alguna parte y te alimenta. La oración es, así, un factor activo, aunque tiene lugar en la absoluta intimidad del yo espiritual.
(Traducido de: Mitropolitul Bartolomeu Anania, Rugăciunea, izvor de putere în încercările vieții, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 11)