Palabras de espiritualidad

La cruz, del sufrimiento a la felicidad

    • Foto: Tudorel Rusu

      Foto: Tudorel Rusu

Translation and adaptation:

Las aflicciones y las pruebas constituyen la cruz más desconocida, porque todos le pedimos Dios que nos libre de esos pesares.

Es importante explicar el sentido de la cruz como sufrimiento. Las aflicciones y las pruebas constituyen la cruz más desconocida, porque todos le pedimos Dios que nos libre de esos pesares. Y esto no es algo bueno. Es una señal de que ignoramos lo que dice San Marcos en la Filocalia: sólo así se puede conocer si una persona tiene el Espíritu Santo, si recibe las penas con alegría.

El mismo santo nos habla de la cruz de las tribulaciones, señalando tres causas:

1. Como castigo por los pecados cometidos;

2. Para prevenir que incurramos en alguna falta;

3. Para fortalecernos en esta vida.

No digas que se puede alcanzar la virtud sin antes atravesar aflicciones, porque si la virtud no es curtida por las penas, no podría llegar a ser una sólida.

La más dura de las pruebas es la de la muerte. ¿Cómo le hacemos frente? Debemos permanecer en paz, porque nuestro Señor, con Su muerte, no sólo cambió la Cruz, de condena en gloria, sino que también cambió el propósito de la muerte y lo volvió bueno. Hasta antes de Jesús, la muerte era el pago por el pecado, era un castigo a la humanidad. Pero, con su derrota gracias a la Resurrección del Señor, la muerte, la más dura prueba de esta vida, se convirtió en destrucción del pecado y liberación para la humanidad. Esto es lo que sostiene, también, San Máximo el Confesor.

(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Lupta duhovnicească cu lumea, trupul şi diavolul, ediție revizuită, Editura Agaton, Făgăraș, 2009, p. 108)