La depresión de uno que siempre reía
Ni las fiestas ni las risas le habían sanado o le habían ayudado a prevenir su depresión...
Un día, un apesadumbrado hombre fue a buscar al médico, y le contó que desde hacía varios años sufría de depresión. Así, le pidió un medicamento que le ayudara a sanar. El médico le dijo:
—A partir de hoy, irá al teatro todas las semanas a ver las comedias de Molière, y verá cómo le harán reír a más no poder. Le harán tanto bien, que le aseguro que usted ya no volverá a enfermarse.
Pero el enfermo le respondió:
—Doctor, yo soy Molière...
Aquel magnífico dramaturgo y comediante, siempre ávido de juerga, que tanto hacía reír a todos los públicos, se derrumbaba por culpa de la depresión. Ni las fiestas ni las risas le habían sanado o le habían ayudado a prevenir su depresión.
(Traducido de: Arhimandritul Spiridonos Logothetis, Deprimarea și tămăduirea ei în învățătura Bisericii, traducere din limba greacă de Preotul Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2001, pp. 45-46)