La dinámica entre el agradecimiento a Dios y la humildad
Mientras más agradecidos nos mostremos ante Él, más humilde se hará nuestra alma y más rebosará sobre nosotros la Gracia de Dios, que nos ayudará a agradecer aún más, incluso por cada movimiento de nuestra respiración que se nos concede.
Si nos hacemos una costumbre de presentarle nuestra gratitud a Dios, Él nos abrirá los ojos del alma para que veamos con mayor claridad Sus bondades para con nosotros y nuestros semejantes. Mientras más agradecidos nos mostremos ante Él, más humilde se hará nuestra alma y más rebosará sobre nosotros la Gracia de Dios, que nos ayudará a agradecer aún más, incluso por cada movimiento de nuestra respiración que se nos concede.
Usualmente, en esta dinámica del agradecimiento aparece un momento en el cual experimentamos una gran tristeza por no poder presentarle a Dios la gratitud que se merece de parte nuestra. Este es el principio del arrepentimiento, cuyo origen, como se ha dicho, está en la contrición. Esta clase de arrepentimiento no tiene fin en este mundo.
(Traducido de: Arhimandritul Zaharia Zaharou, Merinde pentru monahi, Ediția a IIa, Editura Nicodim Caligraful, Mănăstirea Putna, 2013)