La Divina Providencia sabe qué es lo mejor para nosotros
¡No te lamentes por un cuerpo que en algún momento se apagará para siempre, en tanto que el alma es eterna!
«La Divina Providencia es algo insondable para nuestra humana comprensión, algo realmente difícil de entender. ¿Por qué Dios permite que nos enfermemos? Seguramente, como una forma de aplicarnos un correctivo, o para ponernos a prueba, o tal vez para evitar que cometamos algún pecado y mantenernos en los límites de nuestra humildad.
No desesperes. Dios, Quien te ama, te ha enviado esta prueba como primer paso desde que entraste al monasterio y, probablemente, para purificarte de algunas debilidades adquiridas en el mundo. Tienes que entender que, enviándote esa enfermedad física para purificar tu espíritu, nuestro Dulcísimo Señor Jesucristo te está demostrando Su amor por ti. “Aunque nuestro hombre exterior vaya perdiendo, nuestro hombre interior se renueva de día en día” (II Corintios 4, 16). ¡No te lamentes por un cuerpo que en algún momento se apagará para siempre, en tanto que el alma es eterna!».
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 66)