Palabras de espiritualidad

La enfermedad como camino a la salvación. El ejemplo del monje Gerásimo Ilie

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

“¡Perdónenme, hermanos, pero es que yo oré a Dios, pidiéndole que me enviara tribulaciones y enfermedades, para poder salvarme! Luego, si Él me está demostrando Su misericordia, ¿cómo podría oponerme?”.

En la primavera de 1933, el higúmeno del monasterio compró unos terrenos en las proximidades de (la ciudad de) Târgu Neamţ, para atender las necesidades de la creciente comunidad de monjes. Al enterarse de esto, el padre Gerásimo suspiró profundamente y les dijo a los presentes: 

—¡Hermanos, desde hoy no habrá más sosiego ni paz espiritual en nuestro monasterio! 

Un año más tarde, todos repetían: 

—¡Cuánta razón tenía el padre Gerásimo!

En cierta ocasión, el padre se enfermó y tuvo que guardar reposo. Entonces, el higúmeno fue a visitarlo a su celda, y le preguntó: 

—¿Quiere que llamemos al médico, padre?

Con los ojos llenos de lágrimas, el anciano monje respondió: 

—¡Perdónenme, hermanos, pero es que yo oré a Dios, pidiéndole que me enviara tribulaciones y enfermedades, para poder salvarme! Luego, si Él me está demostrando Su misericordia, ¿cómo podría oponerme? ¡Permítanme encomendarme únicamente a la voluntad y a las manos de Dios, porque esta enfermedad es necesaria para trabajar mi salvación!

(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie BălanPatericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 526)