La familia se une con Cristo por medio de la oración
La oración hecha con devoción y lágrimas favorece la fe, hace humilde el corazón, lleva al arrepentimiento por los pecados y trae paz a la familia.
La oración es el alma de la familia, de la Iglesia, de cada cristiano y del mundo entero. La oración, acompañada de ayuno, es llamada por los Santos Padres “la madre de todas las buenas obras”.
La oración hecha con devoción y lágrimas favorece a la fe, hace humilde el corazón, lleva al arrepentimiento por los pecados, aleja demonios del corazón y de la casa, reconcilia esposos e hijos, destruye cualquier maleficio y odio, haciendo que el Espíritu Santo more en las familias cristianas.
(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Călăuză ortodoxă în familie și societate, Editura Mitropoliei Moldovei și Bucovinei, Iași, 1993, p. 97)