La fe aparente, una terrible enfermedad de nuestros tiempos
Esto es precisamente lo que ama el Señor, que permanezcamos con humildad ante Él, pidiéndole Su ayuda.
“¡Pidan y se les dará!”. Vamos a pedir por ti, y tú, si eres consciente de tu imperfección, permanecerás con la mano extendida. Y esto es precisamente lo que ama el Señor, que permanezcamos con humildad ante Él, pidiéndole Su ayuda. ¡Teme y no temas temer! “¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe!”. Es malo no tener fe, pero es peor pensar que sí la tienes, y vivir de esta manera. Esta es una terrible enfermedad, una de graves consecuencias. Por eso, mantén ante tus ojos el libro vivo de la naturaleza y asómbrate con lo que éste te muestra a cada paso. Junto a él, mantén siempre abierto el Santo Evangeluo y constante la sincera sed de seguir el camino de la verdad.
¡Y que Dios tenga misericordia de ti! Y te pido otra cosa: ama a San Teófano el Recluso. En sus textos, la fe viva brota como un manantial sobre aquellos que le quieren.
(Traducido de: Arhimandritul Ioan Krestiankin, Povăţuiri pe drumul Crucii, Editura de Suflet, Bucureşti, 2013, pp. 38-39)