La forma más auténtica y eficaz de presentarnos ante nuestro Dios
Ya podemos trabajar unas diez o doce horas seguidas, pero bastan unos pocos momentos de oración verdadera para sentirnos completamente exhaustos.
De todas las formas de acercarnos a Dios, la oración es la mejor y, no en última instancia, el único medio auténtico con este objetivo. En el acto de la oración, la mente humana encuentra su expresión más noble. El estado mental del científico al trabajar, o el del artista que crea una obra de arte, o el del filósofo inmerso en sus meditaciones —incluso el del teólogo de profesión que se dedica enteramente a la doctrina cristiana— no pueden compararse en nada con el del hombre de oración que se presenta ante el Dios Vivo. Cualquier clase de actividad mental requiere mucho menos esfuerzo que la oración. Ya podemos trabajar unas diez o doce horas seguidas, pero bastan unos pocos momentos de oración verdadera para sentirnos completamente exhaustos.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie, Rugăciunea experiența vieții veșnice, Editura Deisis, Sibiu, 2001 pp. 71-72)