Palabras de espiritualidad

La forma más sencilla de llegar a ser verdaderamente humildes

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

La modestia está emparentada, usualmente, con la docilidad. El que no sea dócil y modesto, tampoco podrá ser humilde. Puede que en lo más profundo de su ser perviva la soberbia.

La modestia está emparentada, usualmente, con la docilidad. El que no sea dócil y modesto, tampoco podrá ser humilde. Puede que en lo más profundo de su ser perviva la soberbia. Por eso, la humildad siempre está relacionada con un correcto comportamiento exterior, con la docilidad, la mansedumbre. No pretendas ser el maestro de nadie. No trates de instruir a nadie. Ni siquiera intentes sugerir cosas o corregir al otro. Y tampoco te justifiques, buscando provocar una buena impresión en los demás.

Este es el camino más corto a la humildad, a la obtención de un corazón humilde: considerarte inferior a una simple mosca. El hombre que desprecia tales manifestaciones de la sencillez, no tiene nada que ver con la humildad. Y quien no sea humilde, tampoco tendrá esperanzas de salvación. Solamente la misericordia de Dios podrá ayudarle a salvarse.

(Traducido de: O viață de jertfă  Mărturisirile Cuviosului stareț Samson Esper, Traducere de Severin Alexandru, Editura Egumenița, Galați, 2010, p. 44)