La fuerza y el amor de las oraciones de la Virgen
Cualquier cosa que ella pida, Dios se la concede, porque ella pide únicamente lo que nos es útil para salvarnos, y nada más.
La oración del justo por sus semejantes es muy poderosa. Asimismo, la oración de la Madre del Señor tiene una fuerza incomparable. Es por esta razón que decimos: “Valiente protectora, invencible, tú que eres buena”, ¿no? Para que acepte nuestras plegarias: “Fortalece la vida comunitaria de los cristianos, ampara a quienes se les ha encomendado conducir la Iglesia, y concédeles a todos los cristianos la victoria del Paraíso, ¡Tú que eres una, única, la más bendita!”.
Si mucho puede la oración del justo, siendo la más virtuosa, la oración de la Madre del Señor es la más fructífera. Cualquier cosa que ella pida, Dios se la concede, porque ella pide únicamente lo que nos es útil para salvarnos, y nada más.
(Traducido de: Părintele Adrian Făgețeanu, Viața mea. Mărturia mea, Interviuri de Andrei Dârlău, volum coordonat de Ciprian Voicilă, Editura Areopag, București, 2011, p. 100)