Palabras de espiritualidad

La gracia de Dios agranda nuestros corazones

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Todo aquel que anda por el Camino del Señor recibe, por el poder de la Cruz y de su Resurrección, el don del ensanchamiento de corazón, que le hace volverse universal. Por eso, San Pablo exhorta a los corintios así, “Hermanos, agranden también ustedes sus corazones” (II Corintios 6, 13).

Zaqueo, recorriendo el Camino del Señor, Lo encontró como acompañante, como huésped en su casa, y su corazón se ensanchó, abarcando a todos los hombres. De igual forma, nosotros, cuando nos dirigimos por el Camino del Señor y aprendemos a “rebajarnos”, nos hacemos parte de Su gracia. Esta gracia agranda el corazón y entonces descubrimos nuestro verdadero objetivo: hacernos semejantes al Nuevo Adán, Cristo, para llevar en nuestro corazón a la humanidad entera.

Todo aquel que anda por el Camino del Señor recibe, por el poder de la Cruz y de su Resurrección, el don del ensanchamiento de corazón, que le hace volverse universal. Por eso, San Pablo exhorta a los corintios así, “Hermanos, agranden también ustedes sus corazones” (II Corintios 6, 13).

(Traducido de: Arhimandritul Zaharia (Zaharou)Lărgiţi şi voi inimile voastre!, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2009, p. 254)

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