Nadie de entre los vivos puede conocer mejor la voluntad de Dios, en relación con sus actos, que aquel que desea sinceramente y con todo el corazón hacer todo según la voluntad del Señor.

Este deseo será su guía en el laberinto de la vida, para lograr apartar las tribulaciones que pudieran aparecer en su camino, y también las desviaciones en la comprensión de la voluntad de Dios en relación con sus actos.

(Traducido de: Sfântul Ioan Maximovici, Iliotropionul sau acordul dintre voia omului și voia lui Dumnezeu, Editura Egumenița, p. 79)