La humildad nos asemeja a nuestro Dios
Tenemos que recordarles a todos que lo importante es que nuestro Dios es humildad, que nuestro Dios es compartir y, especialmente, que Él nos necesita humildes e íntegros.
En nuestros tiempos, tan llenos de soberbia y orgullo, en los que todo el mundo cree que le asiste la razón y pocos consideran que tienen a Dios de su parte, tenemos que recordarles a todos que lo importante es que nuestro Dios es humildad, que nuestro Dios es compartir y, especialmente, que Él nos necesita humildes e íntegros.
Es muy doloroso ver cómo, en la actualidad, por ejemplo, ser malo y hostil con los demás es tomado como una virtud. Agustín de Hipona, quien vivió el drama de esta no-virtud, pudo sanar de ella y nos ofrece la solución para ella: Dios es humildad y quien quiera ser semejante a Él tiene que morar en la humildad.
(Traducido de: Preot Constantin Necula, Alexandru Rusu, Farmacia de cuvinte, Editura Agnos, Sibiu, 2014, pp. 173-174)