La humildad nos lleva al Reino de Dios
Si nos falta la humildad, jamás podremos alcanzar la patria celestial, la verdadera felicidad, a la cual nos llama el Señor.
Si nos falta la humildad, jamás podremos alcanzar la patria celestial, la verdadera felicidad, a la cual nos llama el Señor al decir: “Venid a Mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y Yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros Mi yugo, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11, 28-29). Pero ¿de qué descanso habla aquí el Señor?
Se trata del mundo de Cristo, que es ajeno a toda pasión, a todo pecado, porque es Su pureza y Su santidad divinas. Es esa paz que implora con tanta perseverancia la Santa Iglesia para todos los que han descansado creyendo en Él y que no es otra cosa que la felicidad del Reino Celestial de Cristo.
(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim (Sobolev) Făcătorul de minuni din Sofia, Predici, Editura Adormirea Maicii Domnului, București, 2007, p. 144)