Palabras de espiritualidad

La humildad que vence al maligno

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Nuestros principales enemigos son los demonios, quienes nos atacan por medio de nuestras pasiones; en contra de sus artimañas, sus flechas y sus redes, nuestra arma más poderosa es la humildad.

Nosotros somos soldados del Espíritu y tenemos enemigos invisibles, implacables, siempre atentos, malvados, dispuestos en todo momento a asolar la fortaleza de nuestra alma. Por eso, no debemos seguir viviendo en la indolencia y sumergidos en los miasmas del pecado. Al contrario, lo que debemos hacer es invocar el auxilio de Dios para poder hacerles frente. El maligno tiene poder sobre nosotros solamente cuando pensamos de nosotros mismos con vanidad y autosuficiencia; pero, si nos comportamos en todo momento con sensatez, la fuerza y las trampas del astuto simplemente se desvanecen.

Nuestros principales enemigos son los demonios, quienes nos atacan por medio de nuestras pasiones; en contra de sus artimañas, sus flechas y sus redes, nuestra arma más poderosa es la humildad. Debido a que son orgullosos, retan a los hombres soberbios a luchar contra ellos, pero son incapaces de enfrentarse al que es humilde.

(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, pp. 113-114)