La Iglesia no puede ser vencida
Si luchas contra la Iglesia, es imposible que salgas victorioso, porque Dios es más fuerte que nadie. Si el mismo Dios la edificó, ¿quién podría tan siquiera moverla de su sitio?
“No hay nada más poderoso que la Iglesia. No hay nada que alcance su altura. La Iglesia es más alta que el firmamento, más extensa que la tierra, más luminosa que el amanecer, más refulgente que el sol. ¿Cuántos no lucharon contra ella, y no consiguieron doblegarla? Todos los que han luchado contra ella han caído en desgracia, en tanto que la Iglesia se ha enaltecido cada vez más. La Iglesia tiene una fuerza tal, que cuando empieza alguna guerra en contra suya, Ella siempre sale vencedora: cuando es difamada, se fortalece, cuando se burlan de ella, brilla más que antes. La hieren, pero no cae. La golpean las olas, pero no vuelca. Las peores tempestades la atacan, pero no naufraga. Cuando luchas contra alguien, vences o eres vencido. Pero, si luchas contra la Iglesia, es imposible que salgas victorioso, porque Dios es más fuerte que nadie. Si el mismo Dios la edificó, ¿quién podría tan siquiera moverla de su sitio?”.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, p. 368)