Palabras de espiritualidad

La Iglesia y el tiempo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Debemos entender que todos los miembros de la Iglesia, desde los Santos Apóstoles hasta los que recientemente han descansado en el Señor, son contemporáneos, porque viven siempre en Cristo.

En cada Divina Liturgia, la Iglesia entera se halla presente de una forma que no se ve, como el único rebaño que eleva al unísono plegarias y agradecimientos comunes a nuestro Señor Jesucristo y a Su Padre celestial. No se trata de un lazo subjetivo o psicológico con el pasado, sino la unidad ontológica de la vida. En la Iglesia, el tiempo se suspende, porque aquí la muerte deja de existir, y la interrupción de la vida terrenal también suspende el vínculo vivo de las generaciones. En la Iglesia, lo pretérito es contemporáneo, y lo que es presente se queda como tal, debido al pasado vivo, porque Dios-Hombre, Jesucristo, Quien es “el mismo ayer, hoy y siempre” (Hebreos 13, 8), vive permanentemente en Su cuerpo divino-humano, con la ayuda de la misma verdad, la misma santidad, la misma bondad y la misma vida, instaurando el pasado en el presente. Así, para tener una comprensión viva y una conciencia ortodoxa, debemos entender que todos los miembros de la Iglesia, desde los Santos Apóstoles hasta los que recientemente han descansado en el Señor, son contemporáneos, porque viven siempre en Cristo. Aún más: hoy, en cada miembro de la Iglesia Ortodoxa viven los apóstoles, los mártires y los Santos Padres.

(Traducido de: Părintele Iustin Popovici, Credința Ortodoxă și viața în Hristos, Editura Egumenița, Galați, p. 41)