Palabras de espiritualidad

La importancia de contar con la bendición de nuestro confesor

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

El maligno no la dejaba cumplir con su canon, porque ahora tenía la bendición del sacerdote para realizarlo…

Una señora que solía venir al monasterio, un día me dijo: “Padre, yo cada día hago al menos cien postraciones”.  Pero las hacía sin la bendición de su padre espiritual. Yo le dije: “A partir de hoy dejarás de hacer esas cien postraciones diarias, y harás solamente veinticuatro. No te autorizo que hagas más que eso”. Luego de algunas semanas, vino a buscarme nuevamente, y, entre lágrimas, me dijo: “¡Padre, no logro hacer esas veinticuatro postraciones diarias! No sé qué me pasa, pero no consigo terminarlas… ¡Imagínese, yo que antes hacía más de cien sin mayor trabajo, ahora no puedo ni completar un canon de veiticuatro postraciones, como usted me recomendó!”.

¿Vieron? El maligno no la dejaba cumplir con su canon, porque ahora tenía la bendición del sacerdote para realizarlo. Haciendo cien postraciones, seguramente estaba alimentando su orgullo. Entonces, lo mejor es contar con la bendición de nuestro confesor para todo lo que emprendamos.

(Traducido de: Părintele Paisie Olaru, Părintele Paisie de la Sihla, Editura Bizantină, București, 1999, p. 71)