La importancia de respetar las horas de comida en familia
Las comidas irregulares, es decir, sin un programa establecido, no sólo afectan negativamente la salud del niño, sino también su mente y su alma.
Los niños se acostumbran a un ritmo de vida disciplinado, cuando las comidas principales y los momentos de oración son respetados con seriedad. Las comidas irregulares, es decir, sin un programa establecido, no sólo afectan negativamente la salud del niño, sino también su mente y su alma. Éste no aprenderá a controlarse, a refrenar sus apetencias, a concentrarse dilatadamente en algo, aunque todo esto nos parezca un juego... porque también los juegos infantiles requieren de una actitud responsable por parte de los padres.
No lograremos acostumbrar a nuestro hijo a ayunar, si le permitimos que coma cuando se le antoja. Me atrevería a afirmar que, estableciendo una hora fija para cada comida, estamos dando inicio a la vida ascética en la familia.
Luego, en familia se debe comer sólo a determinada hora. Cada comida debe empezar y terminar con una oración. Acostumbrándose a orar antes de comer, el individuo se habitúa a orar cada vez que empiece cualquier otra actividad. Si tenemos invitados y nos resulta imposible orar con nuestros hijos antes de comer, cada uno puede orar con su mente. Es importante enseñarle todo esto a nuestros hijos.
(Traducido de: Pr. Prof. Gleb Kaleda, Biserica din casă, traducere de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2006, pp. 163-164)