La justicia de Dios
Dios es considerado la Justicia misma, porque reparte toda clase de dones, según los merecimientos de cada quien, distinguiéndolos según la norma más correcta que existe.
Dios es considerado la Justicia misma, porque reparte toda clase de dones, según los merecimientos de cada quien, distinguiéndolos según la norma más correcta que existe, siendo también, en parte, la causa del ejercicio de las virtudes. La justicia divina organiza todo de forma ecuánime y lo conserva íntegro e inconfundible con otras cosas, dándole a cada ser lo que merece. Así, para ser justos, todo aquel que difama la justicia divina, se olvida de que está cometiendo una terrible injusticia.
(Traducido de: Sfântul Dionisie Areopagitul, Opere complete, Editura Paideia, București, 1996, pp. 166-167)